Más de 9.000 botellas de vino Ribera del Duero se bebieron en el Sonorama Ribera 2015
El vino ribereño fue el principal protagonista del encuentro musical indie por excelencia que este año, nuevamente, conquistaba a más de 50.000 espectadores en Aranda de Duero (Burgos). La Denominación de Origen Ribera del Duero triunfaba en el festival ribereño con novedosas catas, conciertos sorpresa y actividades lúdicas. En la imagen, la familia Morente, participantes en Sonorama.
Objetivo conseguido. La última entrega del festival indie más popular de España, Sonorama Ribera ha batido récord de asistencia, superando la afluencia del pasado año con un total de 50.000 asistentes. A pesar de haber cerrado sus puertas hace apenas unos días, los festivaleros más previsores ya se han hecho con su entrada para la decimonovena edición; concretamente 250 abonos agotados en tan sólo diez minutos.
La de este año ha sido una edición que, junto a la inigualable oferta musical, ha destacado por la implicación de su principal patrocinador, la Denominación de Origen Ribera del Duero, que ha impregnado el ambiente festivalero con el Espíritu DO Ribera maridando cuatro días con vinos procedentes de sus mejores bodegas ribereñas en forma de catas, cursos formativos, actividades lúdicas y la atractiva aplicación Winesounds, que contó con la participación de 177 personas en tan sólo 3 horas.
El Recinto Ferial de la Aranda de Duero se convertía en una gran bodega en la que fueron servidas más de 9000 botellas durante las cuatro jornadas del festival. El vino ribereño se convertía en el anfitrión perfecto de los artistas invitados quienes además de disfrutar de un suculento catering, la Denominación de Origen se encargó de obsequiarles regalando cien botellas.
Épica fue la acogida de los dos conciertos patrocinados por Ribera del Duero: la actuación de La Habitación Roja y el especial de versiones que protagonizaron artistas como Vetusta Morla, Izal, Xoel López, Zahara o Sidonie, que transformaron la plaza del Trigo en destino de peregrinación de una multitud histórica que coreaba con fuerza el nombre de los vinos ribereños.